El modelo de empresas B (B- Corp), aquellas que suman a su objetivo de rentabilidad la misión de generar impactos sociales y ambientales positivos, avanza en el mundo. Según Sistema B, la organización que difunde la filosofía y certificación nacidos en Estados Unidos con la fundación B-Lab, cada vez son más firmas que abrazan esta nueva forma de concebir los negocios.
En Argentina ya hay 67 compañías “certificadas” como empresas B (hace un año eran 47) y llegan a 350 en América latina. Pero el universo que “comienza el camino” es mucho mayor: más de siete mil empresas son las que se “midieron” con el sistema en el que se basa la certificación de B Corp, aunque aún sin ir por ella de manera formal.
“Eso significa que las compañías empiezan evaluar sus propósitos, a examinarse”, explicó Juan Pablo Larenas (foto), empresario chileno y cofundador del Sistema B internacional.
El experto pasó por Córdoba junto con Francisco Murray, director ejecutivo de Sistema B Argentina. Ambos subrayaron el avance de la propuesta en el mundo empresario y destacaron que el foco es hacer que cunda también más allá de las empresas. “Buscamos no sólo redefinir el éxito en los negocios, sino en la economía. Y para eso trabajamos en sumar a otros actores: los gobiernos y sus políticas públicas y normativas; organizaciones sociales, instituciones educativas y la ciudadanía en general”, señaló Larenas.
La fortaleza de Córdoba
Murray consideró que Córdoba lleva ventaja: “Aunque aquí hay sólo tres empresas B certificadas, está muy desarrollada la visión sistémica. Existe una comunidad B impresionante, con 100 miembros que reúnen a todos los sectores de la economía”.
En Córdoba, las tres empresas que tienen sello B son Ondulé, Aero Studiodesign y Porta Hnos. Esta última fue anfitriona de los dos especialistas en su visita y organizó en su planta una charla para difundir el modelo entre otras firmas locales.
En ese ámbito en el que se compartieron experiencias, directivos de Porta aseguraron que certificar como B fue un proceso positivo a todo nivel: no sólo los ayudó a clarificar su propósito como empresa, a validar muchas prácticas positivas que ya tenían y sumar otras, sino que sumó motivación interna e integración.
“Habíamos crecido mucho y nos dimos cuenta de que existían como dos empresas, una de ingeniería y otra de consumo masivo. Fue impresionante el acercamiento entre áreas”, señalaron ejecutivos de la compañía, que se prepara para revalidar su certificación y lograr 100 puntos (ingresó al sistema con 86,1, de una escala de 80 a 200). “Este es el camino”, coincidieron en Porta.
Convertirse en una B Corp implica autoexaminarse con una herramienta de evaluación que explora gobernanza, trabajadores, ambiente, comunidad y clientes. La certificación es integral para la compañía y requiere incluso que esta se comprometa por estatuto a cumplir los propósitos asumidos como empresa B.
Qué implica ser una B-Corp: cuatro pilares
- Propósitos. El primer paso es que la empresa declare su objetivo de tener impacto positivo en personas y medioambiente.
- Estatuto. Debe además incorporar ese compromiso a sus estatutos y convertirlo en exigencia.
- Certificación B. Se somete a un proceso de auditoría integral que evalúa su modelo de negocio, prácticas laborales, ambientales, relación con proveedores, etcétera.
- Comunidad. Las empresas B integran un ecosistema mundial que ya tiene 500 miembros.
Fuente La Voz | Ver nota